Lucía Martínez Moctezuma
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
En 1993 conocí a Luz Elena Galván. Yo regresaba después de haber estudiado fuera de México, no conocía a alguien del campo de la historia de la educación y tenía muchas ganas de mostrar los trabajos que había realizado hasta entonces. El Segundo Congreso Nacional de Investigación Educativa celebrado en la ciudad de Guanajuato, de ese año, fue el mejor pretexto. Lo primero que llamó mi atención fue la calidez de Luz Elena, cuando los estudiantes normalistas la detenían en los pasillos para tomarse una fotografía con ella; desde entonces no me alejé del grupo que ella coordinó por más de treinta años. En su Seminario, un espacio privilegiado por la discusión y la amistad, conocí los trabajos de mis colegas Oresta López, Graciela Fabián, Leticia Moreno, Patricia Hurtado, Blanca Gutiérrez, Federico Lazarín, Belinda Arteaga, Gerardo Galindo, Luz Amelia Armas, Rosalía Meníndez; de los españoles Gabriela Ossenbach, Agustín Escolano, Julio Ruiz Berrio, Ana Badanelli, Miguel Somoza, Kira Mahamud, Verónica Sierra; de la colombiana Lina Marcela Quintana; de los belgas Frank Simon, Marc Depaepe; de la argentina Paula Caldo y, el de muchos otros historiadores de la educación que fueron parte del grupo en diferentes épocas.
Este Seminario tuvo su origen en 1988 cuando se fundó en el CIESAS el Área de Educación con Mireya Lamoneda, María Eugenia Vargas, y unos años después se integraron Susan Street y María Bertely. Como lo recordaba Luz Elena, “trabajaron por pares”: ella junto a Mireya, en el campo de la historia de la educación y la enseñanza de la historia; Beatriz Calvo y Susan Street, el magisterio en la década de los noventa; y, María Eugenia Vargas y María Bertely, la educación indígena. Con esta organización Luz Elena Galván se planteó dirigir el Seminario de Investigación Educativa que se centró primero en la Antropología y la Historia y años después en el campo de la Historia de la Educación.
A diferencia de otros intelectuales que encontraron su espacio ideal en la soledad del trabajo individual, Luz Elena se rodeó siempre de colegas de diversas instituciones con quienes constituyó equipos de trabajo que integró a sus proyectos. Juntos respaldamos la formación del Comité Interinstitucional de Fomento a la Historia de la Educación y cuando se crearon cargos y se repartieron funciones, aceptamos la fundación de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación, de la que Luz Elena fue su primera presidenta. También publicamos el primer diccionario de historia de la educación en castellano, participamos en la organización de varios congresos y nos distinguimos por estimular una línea de investigación original sobre el libro de texto.
Con un proyecto financiado por Conacyt (diciembre 1998-2000), Luz Elena dirigió el mencionado primer diccionario de historia de la educación, que abordó diversos periodos, temas, biografías y cuya originalidad se centró en su estructura pero también en el equipo de colaboradores porque por primera vez en la experiencia de nuestro campo logró reunir a investigadores de diversas disciplinas e instituciones.
En cuanto a la organización de congresos, hubo dos en los que Luz Elena se propuso grandes retos: el 33 ISCHE. International Standing Conference for the History of Education “en el Colegio de San Luis en julio del 2011” reunió a 345 investigadores que por primera vez venían de África, Asia, Europa, Norteamérica, América Latina y el Caribe y cuyo tema central fue el “Estado, educación y sociedad, nuevas perspectivas sobre un viejo debate”. Otro evento de gran importancia fue el VII Encuentro Nacional y III Internacional de Historia de la Educación en el que, al interior de su Seminario, surgió la propuesta de armar mesas donde se presentara el trabajo de un investigador invitado para que un grupo de nuestros especialistas lo comentara después, y así ubicar todas las ponencias en un número de ejes muy reducido. El resultado fue la publicación del libro Debates y desafíos de la historia de la educación (2002), que en mi opinión marca un parteaguas porque empezamos a reflexionar sobre nuestros avances a partir de experiencias que de alguna manera no nos eran tan ajenas. El experimento resultó exitoso pero ahora no estoy segura si pronto lo repetiremos porque nos hará mucha falta Luz Elena para dirigir un proyecto de esta dimensión.
La investigación sobre el libro de texto o manual escolar, comenzó una nueva etapa en México cuando Luz Elena Galván recibió una invitación del proyecto MANES, dedicado al estudio histórico de los manuales escolares de España, Portugal y América Latina entre 1808 y 1990, con sede en la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, en Madrid, España. Este proyecto surgió hacia 1992 con carácter interuniversitario y por convenios, que incluyó a diversas universidades iberoamericanas. En México, primero se contactó a la Universidad Nacional Autónoma de México y después a CIESAS, Luz Elena Galván, aceptó participar en el proyecto ALFA PATRE MANES (Patrimonio Escolar-Manuales Escolares) cuyo tema de las “Identidades nacionales entre 1875-1930 en los manuales escolares europeos y latinoamericanos”, facilitó la vinculación entre investigadores de diferentes universidades de Bélgica, España, Portugal, Colombia y Argentina. En este proyecto se discutieron diferentes aspectos sobre el concepto de libro o manual escolar, la periodización común o periodizaciones nacionales, la formación de bibliotecas generales o temáticas, la existencia de casas editoriales, el uso de imágenes en los textos y se diseñó una ficha bibliográfica bajo los criterios del programa Win/ISIS, creado por la UNESCO, que ofrecía la posibilidad de hacer búsquedas de información a partir de cualquiera de los términos incluidos en los diferentes campos de la ficha relativas a las características materiales, de contenido, pedagógicas, por autores, editoriales, etcétera. Una segunda reunión de la RED PATRE-MANES en septiembre de 2005 en Barranquilla, Colombia, facilitó la revisión de los problemas técnicos y el procesamiento de la información para evaluar los alcances y desarrollo de la base de datos. Una herramienta muy útil para los interesados en el tema del libro de texto que aún puede consultarse en línea en la página de la UNED.
Con esta experiencia, Luz Elena Galván inauguró una línea de investigación original que ocupó la temática de los últimos años de su Seminario. Un espacio académico que en la última etapa se convirtió en un terreno de discusión, creación, amistad e intercambio a nivel nacional e internacional.[1]
Primero nos orientamos a discutir sobre las fuentes y muy pronto descubrimos que había grandes tesoros en el campo de la manualística, como lo acuñó Agustín Escolano: de la sala de seminarios del CIESAS pasamos a recorrer la calle de Donceles de la mano de Luz Elena, así como le habían enseñado sus tías a caminar por el Centro de la Ciudad de México cuando era niña.
Desde entonces cualquier pretexto fue válido, porque el Seminario de Luz Elena se convirtió en un lugar en el que cabían muchos sentimientos: compartimos los tamales de chipilín en el café de La Selva, desayunamos en el Colegio de las Vizcaínas y escuchamos sobre su historia, conocimos la escuela primaria donde estudió Lety Moreno en Lerma, Estado de México, y presentamos nuestras publicaciones, la última en el INHERM, no sin antes haber compartido un buen momento en un lugarcito del barrio de San Ángel.
Si este Seminario se mantuvo después de tantos años, se debió a la constancia y a la gentileza de Luz Elena Galván porque un martes de cada mes, nos contactaba, nos organizaba, circulaba el trabajo que discutiríamos, pero sobre todo, nos hizo sentir siempre en casa.
En su labor, Luz Elena Galván desplegó sus competencias académicas a lo largo de una profesión de más de cuarenta y cinco años, pero algo que le fue innato y que irradió a este grupo de trabajo fue su enorme calidez que estuvo muy por encima de su nivel III en el SNI. Su gentileza y calidad humana le valieron el cariño y el respeto de sus alumnos y colegas. Sus amigos no la olvidaremos.
Si hoy pudiera verla simplemente le diría: muchas gracias, querida Luz Elena, por los proyectos y los viajes compartidos, por las discusiones en el campo de estudio, pero sobre todo por tu cercanía.
[1] En su Seminario se publicaron los siguientes textos: Lecturas y lectores en la historia de México; Entre imaginarios y utopías; Las disciplinas escolares y sus libros; Poder, fe y pedagogía: historias de maestras mexicanas y belgas; Historia de la educación en Veracruz; Más allá del texto: autores, redes del saber y formación de lectores; Maestras urbanas y rurales siglos XIX y XX. Obras en las que participaron investigadores del CIESAS y colegas de El Colegio de México, el IISUE-UNAM, la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Ajusco, la UAM-Iztapalapa, la Universidad Autónoma del Estado de Puebla, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y el Colegio de San Luis Potosí.