Karla Paniagua Ramírez
Coordinadora de estudios de Futuros en CENTRO
kpaniagua@centro.edu.mx
“Nos convertimos en lo que contemplamos. Damos forma a nuestras herramientas y luego nuestras herramientas nos dan forma”, es la frase célebre que suele ser atribuida a Marshall McLuhan, aunque en realidad el autor es John Culkin (amigo de McLuhan).
Conviene volver de tanto en tanto a esta idea para reflexionar en torno a nuestra relación con las herramientas que hemos inventado y que después nos dan forma —en sentido literal y figurado—, como ocurre en el caso que presentaré a continuación.
Los videos de 360° son posibles gracias a una tecnología de registro específica cuyo auge comenzó de manera reciente. Aunque las imágenes análogas en formato panorámico datan del siglo XVIII, las cámaras digitales de 360° están dando un paso más allá en el contenido que puede incluirse a cuadro, resemantizando la idea de cuadro en sí.
En el 2015, YouTube comenzó a publicar videos en este formato, de manera que las personas interesadas en explorarlos encontrarán en esta plataforma (aunque no exclusivamente allí) mucho material. ¿Qué registran los usuarios en 360°?, ¿qué historias se cuentan en este formato y con qué énfasis?, ¿qué diferencias podemos identificar entre las narrativas habituales y las llamadas narrativas inmersivas?, ¿de qué forma estos registros y estas historias modificarán nuestra manera de relacionarnos con el entorno? Son algunas preguntas que propongo para detonar la conversación.
Pearl. Realizado también en realidad virtual. Dirigido por Patrick Osborne, EUA, 2016.
Help. Dirigido por Justin Lin, EUA, 2015.
Buggy Night. Dirigido por Mark Oftedal, EUA, 2014.