Más allá del texto: Autores, redes del saber y formación de lectores
Coords.: Luz Elena Galván Lafarga, Lucía Martínez Moctesuma y Oresta López Pérez. México: Ciesas, Universidad Autónoma de Morelos, Colegio de San Luis. 2016.
La introducción de esta obra nos anuncia que la misma es resultado de un trabajo colectivo de investigación dentro del Seminario sobre libros de texto, que desde hace 14 años coordina Luz Elena Galván en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Es decir, el libro que nos ocupa deviene del estudio y de la reflexión colectiva, de la colaboración, de la profundización en la historia de la educación, de la conjunción de voluntades, de la sistematicidad y de la valiosa continuidad en los esfuerzos a lo largo del tiempo.
El grupo de investigación se enfocó, para este libro, en los textos escolares, los lectores y en la construcción de las disciplinas escolares, desde la mirada creativa de la identificación de redes del saber educativo del S.XIX y primera mitad del S.XX, redes en las cuales aparecen relaciones sociales, políticas y editoriales que hicieron posibles los esfuerzos de publicación de textos, manuales, apuntamientos.
Estos primeros rasgos, además de los títulos de los capítulos que contiene el libro y los autores responsables de los mismos, ya nos permiten adelantar una visión sobre la originalidad de la obra y prever que encontraremos el resultado de una labor sólida y acuciosa, tal como se caracteriza en el trabajo académico de Luz Elena Galván, Lucía Martínez Moctezuma y Oresta López.
La recreación de un ambiente
De lo anterior expuesto, resulta previsible el gran interés que por su lectura puede despertar la obra y sin embargo, todavía podemos mencionar que los 21 autores que nos comparten sus textos, producto de la investigación y la reflexión especializada en la Historia de la Educación, nos regalan la posibilidad de la recreación de épocas pasadas que dejaron fuertes huellas en el campo de la educación, huellas aún presentes en nuestros días. Una recreación de ambientes intelectuales, políticos y sociales en los que se enmarca el hacer educativo. No porque se trate de descripciones densas en las que se incorporen infinidad de detalles, sino porque nuestros colegas entrelazan los temas de su interés, con el hacer, o mejor digamos con el vivir de los autores de los libros de texto. Una vida que se retrata de manera apasionante, porque transcurre tanto en relación con el trabajo intelectual, en la elaboración de libros de texto, como en relación con sus distintas formas de existencia humana de sus autores. Una obra que en parte es cercana a la narración novelada, que incluso se antoja romántica porque los capítulos rescatan dichas formas de existencia y también los sueños de estos personajes por mejorar la vida de otros a partir de la educación, de la conformación de proyectos de Nación, de ideales liberales que se reflejaron en la apuesta por la gratuidad y la obligatoriedad de la educación. Es en parte esto, lo que logra recrear un ambiente romántico de esa época, en un sentido artístico o literario.
Así el libro, Más allá de los textos es una obra que documenta una época con base en fotos, dibujos, ilustraciones de carteles, descripciones de ambientes sociales y educativos, con los lenguajes cargados de solemnidad y cortesía en las cartas y otros documentos, la referencia a valores, a preceptos morales muy conservadores, incluso rígidos y en ocasiones se expresa el apego a ideas y formas religiosas y a las buenas costumbres.
Pero además, me parece una obra romántica por la ventana que se abre a la vida privada de los personajes, y más aún, a su intimidad. La vida profesional, social, y de lucha política, incluso de encierro carcelario en el caso de Justa Freire, pero también la vida familiar y con las amistades, tanto como la vida en los sueños, en los recuerdos, en las desilusiones, los exilios, la soledad y las enfermedades.
Quizá por todo ello es que queda una sensación de especie de túnel del tiempo, al México de mis recuerdos en el S. XIX y a la Europa de la pre y la posguerra mundial del S. XX.
Cosas como estas, pueden llevar a una especie de saudades o añoranza por lo no vivido, pero también por aquello que antecedió y dejo una huella, que ahora Luz Elena, Lucía y Oresta, junto con otros 18 autores han sido capaces de rastrear y de recrear.
Quizá también queda esta sensación, por ser el estudio de personajes del S.XIX y primera mitad del S.XX, que aunque modernos parecieran comportarse en su vida cotidiana con ese espíritu humanista, emotivo, pasional, de compromiso en ocasiones casi monacal, propiode épocas más lejanas.
Biografías, experiencias escolares y contextos
Así los autores de los libros de texto son también personajes y actores, en su mayor parte, de la historia de la educación en México, aunque también se presentan casos de autores en España, Bélgica, Francia y el Congo Belga.
Se puede considerar que del estudio de los autores y sus obras resulta la realización de biografías, no sólo con la referencia a la vida cotidiana en lo profesional y personal de estos autores, sino también respecto de experiencias singulares, un acercamiento a la cocina como diría De Certau, o un acercamiento a experiencias escolares en el sentido de Dubet. Entonces, se investiga desde y con documentos y se reconstruye con archivos y aún así, el libro es capaz de aproximarse a la singularidad de la experiencia, que en algo puede llegar a recordar el hacer etnográfico.
Pero por otro lado, la narración también nos acerca a condiciones socio-históricas de la época. Resulta una obra que desde las biografías, contextos y experiencias singulares de la vida cotidiana, logra recrear ambientes socio-políticos e intelectuales.
Nos acerca también a ambientes institucionales del normalismo, ligados a las élites de intelectuales de la época, y por otro lado, también es un acercamiento a las crecientes producciones editoriales en las que los autores plasmaron su obra, y de las que también se nutrían para la lectura.
Entonces, si bien parece haber un acento en el trabajo biográfico de estilo pausado, ameno, meticuloso, sistemático que se refleja en los capítulos de este libro, también se logra mostrar en los autores de libros de texto del S. XIX y primera mitad del S. XX en México, el impulso que como actores dieron a la educación, al modelo modernizador de la política de la época porfiriana, e incluso su papel a partir del Juarismo, impulso que también fue capaz de sostenerse y realizar su labor, en los albores de la posrevolución mexicana.
Para lograr lo anterior, los autores de los capítulos de Más allá del texto, se apoyan fuertemente en una reflexión multidisciplinar. Se dialoga al interior desde la historia, con la antropología, la literatura, la pedagogía, la sociología, la jurisprudencia, la política e incluso, con la medicina. Desde aquí ya se percibe un entramado en red, dentro de una obra que es vasta en personajes, autores, en textos, en sucesos diversos, de contextos nacionales e internacionales. Se realiza entonces un estudio desde múltiples aristas, yo apenas hago hincapié en algunas de ellas en esta reseña.
El discurso pedagógico y el saber hacer
Una de estas valiosas aristas es la referente al lugar de la pedagogía en la construcción del sistema educativo nacional. Encuentro una fuerte referencia a la construcción del discurso pedagógico a través de los personajes, sus acciones educativas y sus producciones, vinculándolas a un ambiente intelectual apoyado en la circulación de revistas pedagógicas, boletines, periódicos y semanarios, pero sobre todo en la elaboración de textos, manuales, compendios, apuntamientos que llegaron a conformar una considerable prensa pedagógica.
Un discurso pedagógico que empieza a fortalecerse de la mano de un ambiente intelectual dinámico e innovador. Modernizador, positivista, liberal. Un impulso de fortalecimiento ideológico y político de la naciente Nación, y de la preocupación por la formación ciudadana, como lo son los casos que revisan el trabajo de Guillermo Prieto y de Celso Pineda.
En algunos otros casos se refieren posturas con tintes socialistas pero, todavía imbuidas de costumbres conservadoras y de un romanticismo del S. XIX.
Se hace referencia también a las normales como las instituciones en las cuales se formaban algunos de estos autores y en las cuales ellos mismos formaron a otras generaciones. Aquí podemos señalar que también el tema de formación de maestros está presente en medio de un contexto de movimiento político del S. XIX en España, con el trabajo de Ruiz Berreiro.
Rosalía Minéndez nos presenta a las normales como las impulsoras del pensamiento pedagógico en México.
“El ámbito educativo será determinante para estos grupos; las instituciones en donde se formaban eran las escuelas normales e institutos literarios. En ellas se concentraba el saber, se enseñaba y divulgaba. Dentro de estos espacios priva la organización de los grupos, ya sea estructurados por departamentos, academias o facultades. Son, en realidad, estos pequeños o grandes grupos los que proyectan, innovan y potencian los nuevos conocimientos, y promueven a los jóvenes estudiantes, que devendrán en futuros intelectuales: maestros, abogados, médicos, ingenieros, entre otros, cuya formación y dirección corre en gran parte a cargo de ellos”.
De esta forma resalta que las escuelas normales, las acciones educativas para la formación de maestros y la pedagogía misma, eran parte y a la vez producto de un ambiente intelectual y socio-político del S.XIX y principios del S.XX. Entonces, me queda la reflexión de que la irrupción revolucionaria y la instauración de una nueva Nación se apoyó en una institucionalidad normalista, ya instalada y en un saber intelectual, pedagógico, educativo y escolar del discurso liberal del S.XIX.
La profesión de maestro, y el lugar privilegiado en el ámbito educativo de varios de los autores que aquí nos presentan, permite observar que estos personajes y los espacios de formación de maestros, también fueron impulsores de la circulación, la difusión y digamos la trasferencia del conocimiento pedagógico y del saber educativo. Esto se identifica para México, con ligas en España, Francia con las aportaciones de Freinet y, por lo que toca a dos capítulos de esta obra, en caminos propios realizados en Bélgica y desde ahí incluso en el Congo Belga.
Entonces podemos decir que se refiere un conocimiento especializado en pedagogía, que estaba ligado al saber hacer de los maestros, al discurso y a la operación de las escuelas y particularmente, esta obra de Luz Elena, Oresta y Lucía tiene la virtud de ubicar el lugar de los trabajos editoriales y de los libros de texto de la época.
Entre la escritura y la edición. Redes para un Sistema Educativo Nacional
Desde aquí se desprende la otra arista relevante e innovadora en esta obra, sobre la edición de materiales impresos para la educación. Quizá esta es la arista o eje transversal más relevante. En ella se ubican los materiales impresos y sus respectivos autores, pero también las casas editoras y las formas de acceso a algunas de ellas. Las primeras reglamentaciones y regulaciones de derecho de autor que se tuvieron que respetar. El papel relevante del naciente sistema educativo en dar impulso a la labor editora en el país y a la difusión de ciertos materiales que parece ser, se iban volviendo emblemáticos. Pero también se dan a conocer esfuerzos particulares de ciertos autores por lograr la impresión de sus trabajos, a partir de relaciones sociales con la élite de su tiempo.
Además de este acento en el trabajo de la edición, también encontramos trabajos que refieren el valor de este hacer en la promoción de la lectura, por ejemplo entre la mujeres.
Otro eslabón de esta cadena, nodo de este entramado, nos lleva hacia un acercamiento al contenido y uso de los textos y al tiempo de su vigencia en el sector educativo.
“La modernización educativa que impulsó el gobierno porfirista no sólo atendió el tema curricular, sino que también consideró los métodos de estudio, los materiales escolares, los espacios, el mobiliario y los libros de texto. Estos últimos fueron objeto de atención especial por parte de las autoridades educativas, pero también por parte de los pedagogos y de los maestros normalistas, quienes se convirtieron en autores de estos libros. Todas las materias del currículo de primaria contaron con su respectivo libro de texto y con su autor correspondiente.”
El tema de los métodos de enseñanza, también se aborda a través de la mirada a la obra de Elena Cárdenas y sobre el acercamiento a Lucio Tapia respecto de un modelo de lectura.
Parece ser que quedó así establecida una base para la construcción del Sistema Educativo Nacional en México, base que fue aprovechada por el proceso posrevolucionario, a pesar de que en este proceso se acallara el discurso educativo presente en el porfiriato y varias de las acciones de construcción educativa de este periodo fueran ignoradas. Este libro nos deja ver que el nuevo sistema educativo del S. XX se seguiría basando en la institucionalidad instalada y en varios de los autores y actores educativos del periodo desde la época en que Porfirio Díaz fue presidente. Inclusive podríamos considerar que el positivismo científico de la época porfiriana, instaló bases para fortalecer los posteriores proyectos educativos que llegaron hasta la instalación de la Escuela Nacional Preparatoria, escuela que queda retratada en el capítulo de Federico Lazarín, sobre Salvador Mozqueira.
El trabajo de Antón Costa Rico pareciera ser un valioso nodo dentro de la red de trabajos del libro respecto a entramar la producción de texto, edición de obras y la formación de lectores. No pareciera haber lugar más oportuno que este para revisar la obra de Celstín y Elise Freinet. La incorporación del texto, del periódico de manera directa a lo que en México reconocemos como el aula escolar. Por otra parte el trabajo revela las huellas del camino que siguió la conformación de una red de impulsores de esta apuesta pedagógica en México.
Redes del saber
Otro ángulo para mi muy significativo de este libro es la visibilización que se logra de las redes de saber y sociales en las que, como decíamos arriba, se apoyaron los autores de textos para editar sus trabajos.
De manera que en los capítulos la presentación de los personajes no queda al margen de las relaciones sociales en las que están inscritos y más allá de ello, aparecen las redes de las cuales formaron parte y en las cuales se apoyaron en el desarrollo de su labor.
Redes de saber, en el título de la obra, me pareció oportuno y pertinente, porque resalta a un saber especializado con un fuerte apoyo en el saber hacer docente y en la promoción de ciertos saberes para los maestros. Un saber que requiere de conocimiento y que a su vez produce conocimiento, encaminado a orientar la acción y la práctica educativa. El saber como una pieza que hace posible una especie de síntesis entre el conocer y hacer. Los autores de Más allá del texto han sido sensibles a una pauta muy valiosa de la vida profesional docente por ser docentes y por ser estudiosos de la historia de la educación.
Son redes del saber que conforman otras redes y las animan. Redes académicas, intelectuales, magisteriales, de funcionarios, institucionales y políticas. Todas ellas, se distinguen a lo largo de la obra, atravesadas por el saber docente, el conocimiento pedagógico y la acción política que logró instaurar un sistema educativo nacional.
Ahora bien, la obra ubica estas redes en espacios precisos. Distinguimos también a las escuelas normales, como escenarios de redes de intelectuales, que alcanzaron los espacios oficiales de instrucción pública en donde por ejemplo, Enrique Rébsamen resulta uno de los eslabones centrales, en el sentido pedagógico, magisterial y profesional, que según nos cuenta Irma Moreno, logró tejer redes en México a través de su labor hacia la institucionalización de la formación de maestros. Un eslabón de amplio reconocimiento para lo que será el ámbito pedagógico durante décadas en México.
Otro tipo de actor que animó el trabajo de estas redes resultó ser Ignacio Manuel Altamirano, en un trabajo de búsqueda e integración de personajes al ambiente magisterial.
Otros actores son aquellos cuya obra componen el pensamiento ilustrado de la época. Gabino Barreda, Justo Sierra Ezequiel Chávez actores que van atravesando las épocas en las cuales los personajes-autores realizaron su labor.
Aunque también se trazan redes de tiempos previos con Guillermo Prieto, en cuya persona atraviesan pensadores idependentistas, liberales y federales, Juárez, Quintana Roo, Luis Mora, Gómez Farías, Lucas Alemán, intelectuales y políticos, pero también pedagogos como Pestalozzi.
Redes también en las cuales podemos ubicar a mujeres Como Delfina Rodríguez y Elodia Romo, María Enriqueta Camarillo, Elena Cárdenas, Justa Freire. Mujeres incansables, inteligentes y comprometidas tanto como muchos de los varones de la época.
Los actores de estas redes, al transitar por ellas, estuvieron fortaleciendo el entramado, pedagógico, político y social por el cual se sostendría la educación pública, gratuita y obligatoria en México desde la época de Juárez hasta lo que recientemente ha sido educación institucionalizada, al menos hasta el años 2012, y me atrevo a decir, lo que logró ser la educación para los miles de maestros que durante meses se manifestaron en las calles durante el 2016, con el propósito de sostener y de defender la educación en México.
Una última reflexión al respecto de este punto, luego de la lectura de esta obra, una parte de ella me permite una mejor comprensión de las manifestaciones de rechazo y resistencia normalista hacia actual reforma educativa, reforma que está cimbrando desde los cimientos el legado pedagógico, normalista e institucional, con el que se construyó históricamente la educación pública en México.
Reseña por: Norma Georgina Gutierrez S.
UNAM-CRIM
georgtz@correo.crim.unam.mx