Comunidades emocionales: Memoria y Justicia en América Latina. Una propuesta de doble panel en la Sesión “Otros Saberes” del XXXV Congreso del LASA, Lima, Perú

Natalia De Marinis

CIESAS Golfo

La ponencia que presenté en el XXXV Congreso del Latin American Studies Association “Diálogos de Saberes” que se llevó a cabo entre el 29 de abril y 1 de mayo de 2017, se intitula “Las implicaciones político afectivas en los trabajos de memoria: Reflexiones en torno a una investigación con mujeres indígenas desplazadas”. En la misma reflexioné acerca de un trabajo de investigación colaborativa que comencé con mujeres triquis en 2010 en un contexto de violencia extrema que llevó al desplazamiento forzado de familias pertenecientes al Municipio Autónomo de San Juan Copala y a la creación de una organización de mujeres sin precedentes. La documentación testimonial, como parte de un trabajo de memoria más amplio, implicó un trabajo de investigación etnográfica desde la colaboración y el involucramiento político-afectivo.

En la ponencia indagué cerca de los enormes retos ético-políticos a los que nos enfrentamos en escenarios atravesados por el terror y la violencia, y acerca del rol de las emociones en acciones políticas concretas. Como plantea Veena Das (1997), compartir el dolor con un público en un contexto de terror, cuyo efecto inmediato es la aniquilación del lenguaje, no puede tratarse más que de un punto de partida, una invitación a formar un solo cuerpo. También analicé este punto de partida como la conformación de comunidades político-afectivas entre mujeres triquis-que involucró a un público más amplio y a mí como investigadora- a partir de las emociones que circularon en el espacio organizativo para la lucha por justicia, y de las posibilidades de tejer puentes para el entendimiento de lo emocional desde experiencias culturales diversas.

La ponencia formó parte de un doble panel intitulado “Comunidades emocionales, memoria y justicia en América Latina” que organizamos junto a la Dra. Morna Macleod de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. El mismo abordó un amplio espectro de contextos de violencia en diversos países latinoamericanos desde la década de los setenta. Fue conformado por reconocidas especialistas en el campo de estudios sobre emociones, memoria, historias desde abajo y testimonio desde abordajes colaborativos con organizaciones sociales: Myriam Jimeno (Universidad Nacional de Colombia); Lynn Stephen (Oregon University); Jenny Pearce (London School of Economics); Ixkic Bastian Duarte (Universidad Autónoma de Morelos); Alison Crosby (York University); Brinton Lykes (Boston College); Gisela Espinosa Damián (Universidad Autónoma de México- Xochimilco) y Amaranta Cornejo (Centro de Estudios Superiores de México y Centro América). El panel fue inscrito en la Sesión “Otros Saberes”, conformado en 2015, la cual busca dar cuenta de la producción de conocimiento desde investigaciones colaborativas entre académica/os y promotora/es de conocimiento de la sociedad civil, incorporando áreas de producción de conocimiento históricamente excluidas.

Este doble panel es parte de un proceso de publicación colectiva, editada por Morna Macleod y por mí. El libro “Emotional communities: Resisting Violence in Latin America” se encuentra bajo el contrato editorial de Palgrave MacMillan Press y será finalizado este año. La propuesta se trata de un enfoque novedoso sobre historia reciente y memorias de resistencias a la violencia y represión política en contextos de violencia política en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Colombia y Chile. Se construye sobre el concepto teórico-metodológico de “Comunidades emocionales”, propuesto por la antropóloga Myriam Jimeno a partir de un trabajo de memoria con víctimas de desplazamiento forzado luego de la masacre del Naya en 2001 en Colombia (Jimeno, 2010). La noción de Comunidades Emocionales refiere a las dimensiones político emocionales en contextos de violencia y trauma que involucra tanto a la organización de víctimas/sobrevivientes de violencia como a otros que los acompañan en la lucha por justicia, reconocimiento y reparación. El libro busca desarrollar esta propuesta a partir del análisis del rol de las emociones en acciones políticas contra la violencia, su efecto en los testimonios, así como la importancia de analizar el involucramiento emocional en nuestras investigaciones.

Desde la década de los setenta ha emergido un interés cada vez mayor por las “emociones” como categoría analítica en el campo de las ciencias sociales. Uno de los grandes aportes al incluirlas desde la dimensión de la interacción social y en el campo de la acción colectiva y de los movimientos sociales ha sido la crítica a los enfoques neurobiológicos y psicológicos que la relegaron a lo íntimo y personal, situando las emociones al plano de lo no-racional (Jimeno, 2004; Ahmed, 2015; Abuh-Lughod y Lutz, 1990; Lutz, 1986). Las dicotomías racional-emocional, público-privado, mente-cuerpo, han ubicado a las emociones como campo descartado del pensamiento racional científico, como aspectos vinculados a lo femenino y la otredad. Esta crítica abrió un campo sin duda interesante sobre el estudio de acciones colectivas y movimientos sociales (Jasper, 2011), a la vez que una creciente atención al rol de las emociones en la manera en que las memorias y las narrativas del dolor son evocadas y transmitidas (Das, 1997; Taylor, 2003; Jelin, 2002).

El fin general tanto del doble panel, como del libro como proyecto más amplio, es brindar una visión compleja sobre trauma y resistencia, superando las tendencias a abordar las formas discretas de la violencia sin referencias al contexto, o la violencia estructural sin una visión que conecte las formas de violencia estructural con la violencia cotidiana. El libro busca a su vez profundizar analíticamente sobre las conexiones entre las diversas formas de violencia, pero también las que se crean entre los actores en resistencia y otros actores, como activistas y académicos, involucrados en dichos procesos. Busca, por último, romper con las dicotomías tradicionales entre lo político- entendido como parte de lo público – y lo emocional- relegado a la esfera privada.


Referencias

Abuh-Lughod, L. y C. Lutz. (1990). Language and the Politics of Emotions. Studies on Emotion and Social Interaction. Nueva York: Cambridge University Press.

Ahmed, S. (2015). The Cultural Politics of Emotions. Nueva York y Londres: Routledge.

Das, V. (1997). Critical Events: An anthropological Perspective on Contemporary Indian. USA: Oxford University Press.

Jasper, J. (2011). Emotions and Social Movements: Twenty Years of Theory and Research. Annual Review of Sociology, V. 37, N. 14, pp. 14.1- 14.9.

Jelin, E. (2002). Los trabajos de la memoria. Buenos Aires: Siglo XXI.

Jimeno, M. (2004). Crimen pasional: contribución a una antropología de las emociones. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Jimeno, M. (2010). Emocoes e política: A vitima e a construcao de comunidades emocionais, Revista Mana, V. 16, N. 1, pp. 99-121.

Lutz, C. (1986). Emotion, Thought and Estrangement: Emotion as a cultural category. Cultural Anthropology, V. 1, N.3, pp. 287-309.

Taylor, D. (2003) The archive and the repertoire: Performing Cultural Memories in the Americas. Durham: Duke University Press.