Los aportes y preguntas de investigación sobre este tema tienen gran actualidad y vigencia ante el cambio climático mundial y la necesidad de buscar alternativas para la conservación de los territorios. Las comunidades indígenas sufren en ocasiones la pérdida de recursos o de capacidad de decisión sobre los mismos. Pero también son depositarias de conocimientos tradicionales que pueden ser alternativas para ese propósito. El conocimiento académico, combinado con el tradicional puede potenciar las soluciones.
Para abonar al tema, el Mtro. Gilmaro Cuéllar ha hecho una recopilación de los acuerdos internacionales en torno al debilitamiento de la capa de ozono que causa el calentamiento global y consecuentemente provocan fenómenos naturales que nos afectan a todos. A pesar de estos acuerdos, las temperaturas no se están reduciendo y con ello el efecto invernadero sigue aumentado. Los pueblos indígenas son más vulnerables a estos fenómenos; no sólo por su condición de pobreza y desigualdad, sino porque sus medios de vida dependen de recursos naturales renovables y, además, porque los pueblos indígenas poco o nada deciden sobre su territorio.
Vinculado a lo anterior, de acuerdo con la Mtra. Nora Tzec, la revolución verde ha impactado a muchas comunidades con su énfasis en los paquetes tecnológicos y el uso de semillas híbridas.
Al desplazar las semillas nativas, algunos abandonaron el campo, con lo que se genera pérdida de patrimonio y migración de jóvenes, entre otros efectos. La masificación de la agricultura, el uso de agroquímicos y las grandes extensiones de cultivo, generan cambios en las dinámicas comunitarias. Además, crean diversos problemas como la falta del recurso hídrico o problemas ecológicos por los efectos de la fumigación.
Un importante tema que puso sobre la mesa la Mtra. Yamili Chan Dzul es la apuesta a la preservación de los conocimientos comunitarios ancestrales “para la conservación de nuestros territorios de vida”. Pero también, la necesidad de vincular el trabajo académico con estos conocimientos ancestrales.
Reflexionó sobre su comunidad, que puede mantener y fomentar formas de conservación territorial ancestrales porque cuenta con recursos naturales y sociales que aún lo permiten.
Es importante compartir los conocimientos y saberes como un esfuerzo a nivel mundial, para que las comunidades indígenas puedan participar en la toma de decisiones. Estas comunidades son las que mejor conservan sus territorios, realizan esfuerzos a favor de la conservación ambiental. Lo que falta es el reconocimiento legal.
Un ejemplo de la articulación entre conocimientos científicos y comunitarios lo expuso el Mtro. José Ángel Rodríguez a través de su proyecto “Desarrollo de sistemas de cocción solar para la satisfacción de necesidades básicas comunitarias”. Se pregunta ¿qué se está haciendo desde los pueblos para solventar el cambio climático?
Para dar respuesta, realizó un diagnóstico con un grupo de investigadores que determinaron que la práctica que mayor impacto tiene en la región purépecha es la del uso de recursos sólidos y medios de combustión, ya que genera efectos negativos. Con esto en mente, se dieron a la tarea de diseñar un sistema para cocinar con energía solar, al alcance de las comunidades por su tamaño y su costo.
La conclusión es que los sistemas de energía solar son una alternativa complementaria, no una sustitución para cubrir necesidades básicas energéticas, pero supone varias ventajas para el medio ambiente y para la vida de las personas.