Evangelina Corona Cadena

Patricia Ravelo Blancas

CIESAS Ciudad de México

(San Antonio Coaxomulco, Tlaxcala, 1938)

Nació en San Antonio Coaxomulco, Tlaxcala, en 1938, en el seno de una familia de origen campesino. De niña emigró a la Ciudad de México para trabajar como empleada doméstica. Tuvo dos hijas y fundó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de la Costura, Confección, Vestido, Similares y Conexos 19 de Septiembre, el cual surgió entre los escombros del terremoto de 1985, cuando se derrumbaron decenas de edificios que albergaban talleres de costura. Las costureras experimentaron históricamente la situación de explotación de estos sistemas de trabajo, pero nunca se imaginaron que esta vida, aunque precaria, terminaría con la muerte de cientos de costureras sepultadas bajo las ruinas que dejaron los sismos, cuando los patrones prefirieron rescatar su maquinaria y materia prima antes que los cuerpos de las trabajadoras.

Evangelina y sus compañeras lucharon en ese momento por las indemnizaciones de las damnificadas, y lograron que al menos se cumpliera con lo establecido por la ley. Más tarde, las costureras elaboraron un pliego de demandas laborales. Exigían la reapertura de sus fuentes de trabajo, liquidaciones justas, reinstalación y recontrataciones.

Luego del 19 de septiembre siguieron días de mucha actividad, y un mes después le entregaron el registro del sindicato a Evangelina, quien fue elegida como secretaria general; también ganaron la titularidad de los contratos colectivos en muchos talleres y empresas de la pequeña y mediana industria del vestido. En esos procesos la participación de Evangelina fue clave, ya que tuvo la fuerza de encabezar varios momentos importantes de su sindicato. También fue histórica su participación en aquel desfile del 1 de mayo de 1986, en el que las costureras recibieron golpes y empujones por parte de contingentes del sindicalismo oficial, quienes querían impedirles entrar al desfile.

Su actitud de servicio y estar inmersa en un mundo de desigualdades de clase y género le permitieron vislumbrar otro futuro. Así, redefinió un liderazgo propio, con la perspectiva política de una mujer humilde, consciente de las injustas condiciones de trabajo de las costureras. La rebeldía que mostró desde niña la ayudó a adquirir seguridad; logró mantenerse como secretaria general durante tres periodos consecutivos en este primer sindicato nacional de mujeres formado no sólo en México sino en América Latina; ganó una diputación federal por el Partido de la Revolución Democrática (prd) en la LV Legislatura del Congreso de la Unión de 1991 a 1994, dada la popularidad que tenía en Ciudad Nezahualcóyotl, donde ha vivido muchos años. En 1995 se convirtió en la primera anciana ordenada en el consistorio, que es el órgano de gobierno de su iglesia, aunque la máxima jerarquía presbiteriana no le permitió ejercer el ancianato y la destituyeron.

Evangelina escribió el libro Contar las cosas como fueron (demac, 2007); ahí plasma su historia, la de las costureras y la de este país que ha mantenido un sistema de trabajo mal remunerado y fuertemente explotador. Actualmente, trabaja como empleada federal en el gobierno de la Ciudad de México. Y cuando se lo solicitan, da asesoría sindical a las costureras.

Fuente: Rafael Bonilla.