Leticia Morales Melo
CIESAS
La comunidad de Teocuitlapa (Xma’íín) es una de las poblaciones que geográficamente se encuentra en lo que se conoce como la región de la Montaña Alta, pero por razones políticas pertenece a la región de la Montaña Baja, al ser una de las poblaciones del municipio de nahuahablantes de Atlixtac del Estado de Guerrero. Esta población está a 1, 293 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra a 20 minutos del municipio de Acatepec, pero está aún más retirado el municipio que lo rige. Está a 3 horas de distancia de la ciudad más cercana, Tlapa de Comonfort. Los habitantes de esta comunidad pertenecen a la cultura mè’phàà. La población cuenta con 809 habitantes, de los que 368 son varones y 441 son mujeres, todos ellos hablantes del mè’phàà como lengua materna.
Los nombres de las instituciones educativas que ofrece la comunidad de Teocuitlapa son: Preescolar Indígena “Ricardo Flores Magón”; Primaria Bilingüe “Juan N. Álvarez”; Secundaria Técnica Federal “Benito Juárez García” núm. 272, y el Colegio de Bachilleres por Cooperación. Los profesores del preescolar y de la primaria imparten las clases de todas las materias en lengua materna porque la mayoría de los niños son hablantes monolingües del mè’phàà. A partir de la secundaria y el medio superior se educa a los jóvenes en español. Los docentes de estas instituciones educativas consideran pertinente que los estudiantes empiecen a acoplarse al español para perder el miedo de expresarse frente a grupo, pero ellos continúan comunicándose en la lengua materna fuera del salón de clases. En lo que respecta a la gente adulta, se reporta que la mayor parte de 40 años son más analfabetos, debido a que nunca cursaron un nivel educativo por varios factores. Uno de estos obstáculos fue la falta de documentos oficiales, otro motivo fue que emigraron a los lugares urbanos en busca de mejores oportunidades de vida.
Las ocupaciones habituales de la familia son la agricultura y la ganadería a menor escala. La actividad de la producción de maíz, frijol y calabaza es sumamente importante porque ésta es la fuente principal de la alimentación. El calendario agrícola empieza en el mes de mayo donde hombres, mujeres e hijos de 8 años de edad en adelante se organizan para sembrar. Los terrenos de cultivos están retirados de la casa a aproximadamente dos a tres horas de camino. A partir del mes de mayo, en las mañanas, los padres, el yerno y los hijos e hijas mayores (de 16 y 18 años) se van a la milpa, mientras la hija mayor o la esposa se queda a preparar el almuerzo para posteriormente llevarlo al lugar de trabajo.
Los habitantes de esta población son mayormente monolingües del mè’phàà. Existe un menor porcentaje de hablantes o aquellos que escuchan el español. A nivel familiar los parientes, los vecinos y entre otros utilizan frecuentemente el mè’phàà que el español. En cuanto al nivel de monolingüismo y de bilingüismo se identifica que la mayoría de los habitantes son monolingües. El bilingüismo es más notorio en las personas que han salido a buscar trabajos en lugares urbanos como Tlapa, Chilapa, Chilpancingo, Acapulco, Sinaloa, Morelos, Ciudad de México, Tijuana y Nayarit, entre otros. Ellos son más jóvenes y gente adulta.
En la comunidad se observa poco contacto lingüístico con el español. El contexto de uso de la lengua originaria es en el núcleo familiar, en las reuniones comunitarias, en los diálogos espontáneos, en las escuelas primarias de todas las localidades donde es más en lengua originaria la impartición de clases, y en la clínica donde hay enfermera que es bilingüe. En cuanto al uso de la lengua en los rezos es el mismo porcentaje que el español por los cantos católicos.
Los lugares donde existe una pequeña restricción del uso de la lengua es en el nivel secundario y preparatorio. La comunicación entre docente- alumno tiende a ser en español, pero la comunicación entre compañeros sigue siendo en el código lingüístico que todos usan. Los externos a esta lengua logran aprender y sostener una conversación en la lengua, no ha existido el caso donde después de varios años no entienden la lengua porque aunque la gente al principio adapta su habla a estas personas, después se vuelve fastidioso para ellos. Sin embargo, no es muy buena la productividad de la lengua cuando uno de los cónyuges no la domina o pertenece a otra cultura, este a la vez es uno de los tantos factores que no contribuyen a la conservación de la lengua.
Regularmente a los hablantes les da vergüenza hablar el español, consideran que su habla no es tan clara y que no tienen esa habilidad de comprender un porcentaje del español. Esto ocurre con las familias que son de recursos económicos más bajos y que viven aislados, aquellos que cuidan sus animales en el monte, o los que cultivan cantidades de maíz que se van a quedar cerca de sus cultivos. En cambio, las personas que tienen mejor condición de vida sí dominan un porcentaje del español, pero la lengua que les enseñan a sus hijos es la lengua mè’phàà, este es el medio de socialización para los niños.
En los últimos años las generaciones de jóvenes se han incorporado a las nuevas tecnologías como el celular, la contratación de televisión SKY y el internet gratuito en las escuelas. Estos son unos de los factores que han influido en el contacto lingüístico con el español en los jóvenes, pero no de quererlo emplear en una conversación sino que están empezando a hacer uso de préstamos del español y olvidándose de las palabras que en la lengua existen. Si más adelante definitivamente se desplaza ese léxico, será indicio de que si los adolescentes no saben usar las dos lenguas, una de estas terminará por desplazar a la otra.
Podría afirmar que la lengua puede disminuir su utilidad si las nuevas tecnologías se anclan a la vida de las familias. El único medio que se ha estado utilizando para la preservación de la lengua es la transmisión intergeneracional entre padres o familiares que las personas frecuentan, como cuidadores o amistades. El uso de los medios de comunicación como la radio comunitaria no funciona por esta zona, el medio más común entre los agricultores es la radio de frecuencia. Las altavoces transmiten el mensaje en la lengua mè’phàà a fin de convocar reuniones o realización de otras actividades que esté relacionada con la comunidad o por el bienestar de los mismos pobladores.
Las comunidades circunvecinas están más apartadas de los muchos beneficios con que la comunidad de Teocuitlapa cuenta. Los pobladores de comunidades circunvecinas no presentan de manera directa la misma situación que Teocuitlapa, pero en lo que sí se asemejan es la emigración. La emigración de la gente joven está cada vez más frecuente. Salir de una población donde no existen fuentes de empleos conlleva a que algunos no deseen regresar y prefieran quedarse a radicar en nuevas tierras. Hasta el momento la mayoría ha regresado a su pueblo natal. Quizás hay cambios notorios, pero la lengua se conserva. Aquellos que llevan años radicando fuera suelen olvidarse de algunas cosas, pero cuando se incorporan al habla cotidiana, reestablecen nuevamente su código lingüístico.
No se cuenta con programas gubernamentales que ofrezcan cualquier tipo de apoyo a la difusión y preservación de la identidad de esta cultura. Los hablantes sólo buscan lo mejor para sus hijos, quizás siga la idea de que las personas son pobres o presentan una situación de alta vulnerabilidad porque son portadores de una lengua indígena. Esta perspectiva es introducida en las personas que han visto la vida de un jornalero como la más desvalorada moralmente y piensan que la lengua es culpable.