Un tema central y recurrente en las discusiones y acciones respecto de los pueblos indígenas es la lengua, sus espacios de reproducción como factor social y como elemento político.
La relevancia de la lengua indígena ha sido abordada desde la academia, desde las políticas públicas y en distintos ámbitos.
Es de gran valor, como en esta ocasión, que el tema sea discutido por parte de los profesionistas hablantes de estas lenguas, como protagonistas comunitarios y académicos. Varios de ellos son docentes en los diferentes niveles educativos, desde el básico hasta el superior, lo que los convierte en fuente directa e invaluable de información y reflexión.
Cuando se abordan los principales problemas que enfrentan las lenguas indígenas, destaca como principal la discriminación lingüística. Los niños, afirma la Mtra. Gladis Rodríguez, llegan siendo monolingües a la escuela y, aun cuando en teoría se debe instruir en lengua materna, no se ejecuta en la realidad. Aunado a ello, en el aula se utilizan términos y conceptos que los niños no conocen, ni entienden, ya que les son ajenos al no formar parte de su contexto comunitario.
Existe una pedagogía comunitaria, como lo señala el Dr. Gervasio Montero, “la pedagogía derivada del río, el cielo, elementos naturales que permiten aprender y transmitir el conocimiento”. Estos elementos ayudan a imaginar, a crear y, afirma, el idioma en el que se habla es fundamental al momento de aprender.
Tal es el caso de la metodología inductiva-intercultural que la Mtra. Rodríguez puso en marcha en su zona escolar en Chiapas, que consiste en rescatar saberes indígenas a través de la educación, respetando la lengua materna y la cultura. En ella participan niños y adultos con resultados notables.
El lenguaje además de ser interpretativo es metafórico y se utiliza para describir la cosmovisión, donde el mundo espiritual y el social se entretejen. Son elementos complejos, dice el Dr. Montero, que como ejemplo usa el concepto del viento en la lengua huave (ombeayiüts), su lengua materna, “El viento, por ejemplo, se entiende de dos maneras: primeramente, como el papá o sexo masculino, pero, si el viento viene del sur entonces se interpreta como la parte femenina”.
Al hablar usamos diferentes términos que se conjugan para referirse a la vida, al universo, a la interpretación de uno mismo e incluso como un mecanismo de legitimidad. Así lo menciona el Mtro. Iván Oropeza cuando alude a los pueblos de la Montaña de Guerrero, ya que han creado estrategias de resistencia para salvaguardar y rescatar sus creencias y ordenamientos.
Ejemplo de lo anterior son tres pueblos que formaron un consejo de autoridades agrarias para realizar campañas y visibilizar los problemas, establecer estatutos agrarios comunales y para buscar mecanismos de protección. Esta acción la emprenden exclusivamente en la lengua de la región.
Los profesionistas indígenas también tienen un rol sumamente importante en la reflexión propia sobre su quehacer para vincular sus conocimientos académicos y los propios de la comunidad.
El Mtro. Genaro Vázquez hace hincapié en una disyuntiva al respecto: “Los caminos académicos y los comunitarios no van a la par. Uno de los principales desafíos que enfrentan es el de repensarse en la comunidad”, una vez que se ha cursado un posgrado.
Una paradoja que se vive en las comunidades es la de la noción de los estudios como un medio para mejorar la calidad de vida. Pero muchas veces esto tiene como consecuencia el abandono de la lengua materna. Para Vázquez son indispensables los estudios, él mismo es un ejemplo de ello, pero el valor agregado de quienes emprenden este camino es su relación con la tierra.
Desde las diversas perspectivas en las que se aborda el tema de las lenguas indígenas, se concluye que es necesario avivarlas, hacerlas hablar para que sigan floreciendo en la educación, en la comunidad y en los diversos espacios públicos.