Niñez y adolescencia migrante de Guatemala en Tapachula

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Martha Luz Rojas Wiesner

El Colegio de la Frontera Sur

 

Mire, si quiere trabajar, ahí trabaje en Tapachula.

A pesar de reconocer que la migración no es un proceso nuevo, desconocemos cómo y por qué se produce la migración de algunos grupos poblacionales, y quiénes son las personas que participan en estas dinámicas. Entre estos grupos está la niñez y la adolescencia migrante. En México, por ejemplo, aún conocemos muy poco acerca de las experiencias migratorias de estos grupos procedentes de los países vecinos, a pesar de que, históricamente podemos identificar que viven y/o trabajan en las localidades de la frontera sur de México, o bien que pasan por allí rumbo a otros destinos. La presencia de mayor antigüedad es la migración laboral guatemalteca dedicada a actividades agrícolas, en cuyos contingentes las personas menores de 18 años participan de distinto modo. El cambio en la modalidad de pago (de jornal a destajo) que, históricamente, se produce durante la cosecha del café, obligó a los trabajadores a trasladarse con su familia para que sus integrantes contribuyeran a que el pago a destajo no afectara tanto el ingreso. Derivado de esa dinámica, niños, niñas y adolescentes (nna) de estas familias o de las comunidades de procedencia se han vinculado a otras actividades, como la del empleo doméstico, como ayudantes o por cuenta propia en varios oficios. Este texto sólo referirá a nna de Guatemala que trabaja en algunas actividades del sector servicios y del comercio formal e informal en la ciudad de Tapachula. Aunque también identificamos una mayor presencia de niñez y de adolescencia procedente de Honduras y El Salvador.
A principios de la década de 2000, no sólo se constataba la presencia tradicional de niños (y de niñas, aunque en menor número) que venden dulces (canguros), que lustran zapatos (boleros o boleritos) y quienes ayudan a cargar las bolsas y canastas en los mercados. Actualmente hay vendedores o vendedoras ambulantes de globos, de rosas (o roseros), de ropa, de bolsitas de frutas, de aguas frescas y de algodones de dulce; ayudantes en hoteles, restaurantes, taquerías, tortillerías, tiendas, farmacias, pollerías y veterinarias; ayudantes de albañil, de mecánicos y de carpinteros; cuidadores y lavadores de autos, limpiaparabrisas, malabaristas, ayudantes en la carga y descarga de mercancías, entre otros. Los testimonios dan cuenta de una larga lista de lugares en los que trabajan y de las distintas actividades en que se ocupan.
Destacamos algunos aspectos, desde su punto de vista, relacionados con las experiencias de quienes trabajan temporalmente o por periodos más prolongados en Tapachula destacando su papel activo en la toma de decisiones para migrar, su punto de vista sobre la migración y su agencia en este proceso, sin desconocer que la mayoría enfrenta distintos riesgos, como migrantes y como trabajadores en condiciones de precariedad. Nos basamos en entrevistas a niños y adolescentes llevadas a cabo en Tapachula en 2012.2
La elección de migrar a Tapachula no es fortuita y se reconoce que en esta ciudad hay más oportunidades para trabajar que en otras localidades más cercanas a la frontera.
nomás que en Guatemala no podemos conseguir trabajo. Pero aquí, aquí se consigue trabajo, aunque en chicle, pero bueno. Por eso es que aquí venimos. (Joel, 14 años, de Concepción Tutuapa, vendedor de dulces)

Vienen fundamentalmente por razones económicas, pero éstas tienen matices. Unos buscan expresamente aliviar los problemas económicos de la casa, ayudar a sus padres con los gastos; otros quieren ganar algo de dinero para su uso personal, como comprar ropa o zapatos (como una necesidad básica, no por un mero gusto), o tener algo de dinero para sus gastos diarios y seguir estudiando. Otros vienen porque en la comunidad tienen algún compromiso o deben participar en alguna festividad comunitaria. El trabajo, entonces, es una dimensión crucial en sus vidas, pero también hay otras, como el estudio.
[…] yo tenía papá, pero mi papá lo dejó a mi mamá. Sí, mi mamá está sola ahorita y yo mismo estoy haciendo la lucha de tener un recurso para seguir mi estudio. Sí. (Edilzar, 15 años, de Cuilco, Huehuetenango, ayudante en taquería)

Así a Tapachula llegan a trabajar, o a buscar empleo. Algunos ya saben a qué actividad. Aquí las redes sociales operan. Entre ellos se apoyan para decir en dónde hay trabajo. Y si no saben o no consiguen, acuden al parque Miguel Hidalgo donde comerciantes o empleadores van a ofrecerles trabajo.
Los lugares de procedencia están cerca de la frontera, pero otros no. Algunos vienen de Malacatán, a sólo 10 minutos en camioneta a la frontera; muchos vienen de aldeas o comunidades más lejanas, como Concepción Tutuapa, Tacaná, Tajumulco, del departamento de San Marcos, e incluso municipios del departamento de Huehuetenango. Desde algunas comunidades, pueden tardar 12 horas o más, pues tienen que caminar, hacer trasbordos y esperar el transporte que les sirve.  Llegando a la línea fronteriza, además, deben bordear y superar varios obstáculos que los obliga a caminar más. Estas distancias a los lugares de origen inciden en el tipo y tiempo de permanencia en el destino y en el tipo de interacción con sus hogares. Algunos de los cruces son diarios (commuting), pero eso ha cambiado como resultado de las medidas de control migratorio, por lo que el cruce puede ser incluso semanal. Quienes estudian y vienen a trabajar durante las vacaciones, que proceden de aldeas o parajes alejados, suelen quedarse durante toda esa temporada. Una temporada larga (de octubre a fines de enero) para alguien externo a la dinámica comunitaria en Guatemala. En estas comunidades, los padres tradicionalmente han pedido permiso en la escuela para que sus hijos e hijas puedan viajar como grupo familiar para la cosecha grande del café. Esa temporalidad, acordada como una necesidad, se amplió a otras actividades. También, hay quienes permanecen un poco más y dejan de estudiar por un tiempo. Además, hay quienes ya no estudian. Durante el tiempo de estancia usan distintas estrategias para no gastar mucho en hospedaje y ahorrar al máximo. Algunos se quedan en hoteles donde les cobran entre 30 y 40 pesos por noche en un dormitorio colectivo. Otros se juntan para rentar un cuarto.
Las medidas de control migratorio han afectado a esta migración. El llamado “ordenamiento” de la migración en la frontera sur, los ha obligado a evadir los controles para poder llegar a Tapachula, pues cuando se comenzó a exigir el permiso migratorio, ellos se dieron cuenta que sin ese papel su situación migratoria se había vuelto irregular. Actualmente se puede tramitar la Tarjeta de Visitante Regional, pero muchos desconocen esa posibilidad que si bien no es un permiso que autoriza a trabajar, sí facilita la entrada y salida. Sin embargo, los menores de 16 años requieren el acompañamiento de alguno de los progenitores o de otro adulto autorizado para el trámite, pero sus comunidades están lejos. Quienes tienen 16 y 17 años de edad, pueden tramitar ese permiso y algunos lo tienen, pero la mayoría no. Muy difícilmente se encontrará a adolescentes en estas actividades con la Tarjeta de Trabajador Fronterizo, aunque no es imposible.
cuando muy empecé a venir, pasó como dos, tres años, y ya empezaron a sacar ese permiso y entonces ya no podía pasar sin ese permiso. (Miguel Ángel, 17 años, de San Marcos, vendedor de dulces)

A pesar de obstáculos de este tipo y de las condiciones de precariedad laboral, los nna de las localidades fronterizas de Guatemala, encuentran en Tapachula oportunidades para trabajar y cambian de trabajo si es necesario, buscan ser más independientes. Pero las posibilidades de encontrar mejores condiciones laborales son muy limitadas y enfrentan distintos riesgos. Algunos encuentran cierto alivio en el “Centro de niños, niñas y jóvenes migrantes”, del dif-Chiapas, pero el programa no deja de ser de asistencia. Se requieren otras acciones para garantizar la protección de los derechos de la niñez migrante, pero también para promover oportunidades, reconociendo las aspiraciones y sueños de muchos de estos niños y jóvenes.